Hoy hace justo un año estaba nerviosa y feliz, muy feliz. Por fin hacía realidad
uno de mis sueños desde que comencé la aventura Misterce, abrir mi primera
tienda en la ciudad y en el barrio en el que crecí. Hoy no estoy nerviosa pero
sigo estando igual de feliz y sobre todo agradecida.
Abrí la tienda un viernes 21 de febrero y la cerré a las tres semanas, otro
viernes 13 de marzo. El 14 de marzo se decretaba el estado de alarma y el
mundo se paralizaba por un virus, al que tan solo conocíamos de oídas desde
hacía apenas unos meses.
Era una de las pocas veces en mi vida en las que no tenía ni idea, pero ni idea,
de lo que iba a pasar. Pero lo que sí tenía claro es que fuese como fuese no
podía parar. Y así fue, gracias a todas vosotras, Misterce no ha parado ni un
segundo… hemos tenido momentos bajos, como todo el mundo, pero en
ningún momento hemos tocado fondo. Sé que soy una absoluta privilegiada y
por eso me he pasado todo el año repitiendo una sola palabra GRACIAS.
Este sueño sigue adelante gracias a todas vosotras que habéis contribuido con
vuestro inmenso apoyo a que “esto” funcionase. Cada día de este año nos
habéis ayudado a reinventarnos, a superarnos, a esforzarnos y a no rendirnos.
Me habría encantado hacer una celebración como las de antes, abriendo las
puertas de mi tienda para rodearme de clientes, amigos y familia como hice
justo hace un año. Aunque por ahora no puede ser estoy segura de que ese
día llegará y sólo de pensarlo mi emoción se dispara.
Gracias por haberme acompañado durante estos 365 días en los que he visto
crecer mi sueño, gracias por formar parte de él y por comprender y querer todo
lo que sale de Misterce. Os deseo un domingo muy bonito y os mando un beso
muy fuerte!