Nuestros "propósitos de enmienda"

El lunes 11 de mayo abrimos de nuevo las puertas de Misterce en Enrique Dequidt 3. El pasado13 de marzo (buffff, parece que han pasado siglos desde aquel día) decidimos cerrar antes de que se decretase el estado de alarma. Era un viernes por la tarde y llevábamos rumiando esa decisión toda la semana. Cerramos y nos fuimos a casa con una sensación de incertidumbre como nunca antes habíamos tenido en nuestras vidas.

 

Lo que pudiera pasar era algo que se escapaba de nuestras manos y de nuestra voluntad. Ahora volvemos, casi con la misma incertidumbre pero sabiendo que sí hay cosas que están en nuestras manos para poder combatir, no el Covid 19, pero sí otros “virus” casi tan letales que amenazan este maravilloso y  paradójico planeta.

Si a algo nos ha dado tiempo estos dos meses es a pensar, reflexionar e intercambiar opiniones (no políticas) con nuestra familia, amigos y  conocidos. La conclusión a la que hemos llegado es que sí o sí tenemos que cambiar nuestra manera de estar en el mundo. La tan nombrada “responsabilidad individual” a la que se apela tanto estos días es más necesaria que nunca.

Así que la nuestra, primero como personas y después como marca, conlleva una serie de “propósitos de enmienda” que vamos a recordar día a día con “post it” fosforitos en nuestra memoria.

Lo primerísimo de todo vamos a ser lo más sostenibles que podamos en todos los sentidos: social, económico y medioambiental.  Por nuestra parte seguiremos aportando nuestro pequeñitísimo grano  de arena para un reparto más equitativo de todos los recursos. Así que seguiremos incentivando y trabajando con las Ongs que ofrecen trabajo en condiciones dignas a mujeres tanto en los países que Misterce tiene como proveedores como en los talleres cercanos con los que también trabajamos. Esto nos hace sentirnos más felices y más satisfechas del producto que ofrecemos.

Por supuesto promoveremos y apoyaremos un comercio justo y de proximidad. Sí, somos pequeñas y en esto precisamente reside nuestro valor y nuestra fuerza. No lo vamos a desaprovechar. Así que haremos todo lo que esté en nuestras manos para potenciarlo (en dos meses hemos llenado un cuaderno de ideas y proyectos…muchas se quedarán para siempre en el papel, somos conscientes, pero otras estoy segura de que saldrán adelante).

Cuando la “nueva normalidad” nos lo permita intentaremos organizar con otras tiendas pequeñas de nuestro entorno un sinfín de iniciativas para celebrar la actividad comercial,  que es bien bonita y da alegría y vida a los barrios en los que estamos.

Hagamos comunidad. En estos dos meses muchas de nosotras hemos empezado a saludar a través de la ventana a la vecina que siempre veíamos pero nunca mirábamos. Ahora le sonreímos, le preguntamos cómo está y si necesita algo, le damos ánimos…ha tenido que llegar un virus para hacer esto que debería de ser básico.  No perdamos este plus de humanidad que hemos conseguido.

Si algo nos distingue de otras especies es precisamente esto. Y por favor, no hagamos más brechas en la sociedad, ayudemos a curar heridas y no a abrirlas, seamos más tolerantes, más respetuosos con el prójimo, más empáticos, más solidarios… Seamos más personas.

Bueno, todo esto para deciros que aunque las personas que el próximo lunes 11 de mayo abrirán de nuevo las puertas de Misterce son las mismas pero también son diferentes. Ojalá que no se nos olvide nunca.

 


Compartir esta publicación


Dejar un comentario

Por favor tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados